lunes, 19 de mayo de 2008

No hay malas mascotas, sólo malos dueños

Ayer recibimos una carta de una de mis vecinas en referencia a la muerte de su perro.
Resulta que hace unos días otra vecina atropelló accidentalmente al perro, y la dueña del can, redactó una carta por demás lastimera y dolida y la dejó en el buzón de toda la cuadra.

En esta carta hace referencia a la actitud de la presunta responsable del atropellamiento quien al parecer comentó -en un intento de justificación me imagino yo-, que el animal alguna vez había mordido a un niño, lo cual es negado rotundamente por la dueña y se apura en aclarar que el perro era para ellos como un miembro de su familia, que ellos lo querían mucho y que es mentira la acusación de esta persona, que lamenta mucho la actitud tomada por la supuesta agresora.

Y continúa haciendo mención de lo maravilloso que era el fallecido animal y que están muy dolidas por su muerte y por la actitud de la vecina y su familia, quienes al parecer ya habían amenazado con lastimar al perro quien sabe por qué motivos.

Si bien siempre es triste la muerte de una mascota, es importante también tomar en cuenta que un perro es nuestra responsabilidad y eso es algo que los mexicanos todavía no entendemos.

El perro debe estar siempre en nuestra casa, nada de dejarlo salir para que corra y para que haga sus necesidades en las banquetas y esto es algo por lo que el perro era odiado por los vecinos de la cuadra. Todo el día andaba afuera y llenando la banqueta de sus despreciables recuerdos. Estoy segura que tenía harto a más de uno. A nosotros sí. Por supuesto nunca lo lastimamos porque sabemos que el perro no tiene la culpa. Y debo decir que desde que no está, mi banqueta ha estado limpia. ¡aleluya!.

No hay malos perros sólo malos dueños.

Y si el perro fue víctima de un accidente no hay más responsables que los dueños, quienes lo dejaban andar de arriba para abajo sin ninguna vigilancia, por lo tanto, eso de que "era parte de la familia" pues esta para pensarse.

La mascota es nuestra responsabilidad y de nadie más.

Mejor reconozcamos nuestra responsabilidad y asumamos el compromiso de cuidar, educar y atender a nuestras mascotas, porque son nuestras y no de los vecinos.
A cada uno le toca callar a su perro si esta ladrando sin cesar interrumpiendo la tranquilidad de la calle; atenderlo en caso de enfermedad, alimentarlo y bañarlo, educarlo, enseñarle a respetar a los demás para que no vaya a morder a nadie y NUNCA se les debe dejar andar libres por la calle. Y lo más importante: cada quien debe recoger los desechos del perro para que no contaminen más la ciudad.

Y esto va para todas aquellas personas que les encanta tener perro y lucirse cuando lo sacan a pasear, algunas veces ellos, algunas veces los mozos de la limpieza, y aprovechan para que su perro deje sus gracias en las banquetas de los demás y se van, así tan campantes, tan orgullosos y sin la menor consideración, pero eso sí, el perro con collar a la última moda y muy peinadito. Así que no nos hagamos y asumamos lo que nos toca.

En países del primer mundo este caso hubiera llegado a los juzgados civiles y la dueña hubiera sido la perdedora por tener al perro libre y sin vigilancia.

Así que, aunque es lamentable la pérdida de su mascota, también es lamentable que no sean capaces de reconocer que si el perro anda suelto por la avenida, esta expuesto a cualquier cosa y la responsabilidad es única y absolutamente de los dueños.

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