martes, 29 de abril de 2008

Orgullo de ser de Tijuana y de vivir en Tijuana



Bienvenidos a mi blog.



Soy tijuanense por nacimiento y me ha tocado ver como la ciudad ha crecido y se ha desarrollado en muchos aspectos, pero desafortunadamente, aún sigue con su "leyenda negra", hoy más que nunca. Esto me llena de tristeza y al mismo tiempo me da un impulso para seguir trabajando por mi ciudad, a la que siempre defiendo (aunque últimamente esto se ha vuelto muy difícil).

La finalidad de este blog es para "construir" y nunca para "destruir".
Para dar opiniones y sugerencias sobre como podemos ser mejores ciudadanos.

¿Qué es lo que nos hace falta?

¿En qué hemos fallado y qué es lo que queremos de nuestra ciudad y para nuestra ciudad?

Son las pequeñas cosas las que hacen grandes cambios, entonces, platicando de diversos temas vamos a poner nuestro granito de arena para vivir mejor. Desde ecología hasta barrer la banqueta. Todo se vale.

Es muy importante aclarar que en primer lugar no quiero cooperar con ningún tipo de violencia, por lo tanto, vamos dando nuestros comentarios con educación y sin ofender, porque espacios para insultar y ofender hay muchos, así que aquí lo vamos a hacer diferente, vamos a expresarnos con respeto. Dicen que en Tijuana no tenemos educación, y esto me enfurece, así que empecemos por ahí: nuestro vocabulario.

Bueno, en vista de que el crimen organizado nos tiene viviendo en una inseguridad total y como ya se ha hablado del tema hasta el cansancio y se seguirá hablando por mucho tiempo, hoy quiero hablar de manera personal, como individuo, como ciudadano, como vecino, hermano, amigo, etc

Creo vehementemente que cada uno de nosotros puedo hacer grandes cambios en la ciudad si somo buenos ciudadanos y hacemos lo que nos toca.

COMO DECÍAN NUESTRAS ABUELITAS: HAY UN LUGAR Y UN TIEMPO PARA TODO.

Qué es lo que sí podemos hacer para vivir mejor, y lo primero que se me ocurre es que debemos empezar por nuestra casa, nuestra calle, nuestra escuela y/o nuestro trabajo.

¿Qué actitud tenemos en estos lugares, cómo nos desenvolvemos en estos medios?
¿Conocemos a nuestros vecinos? ¿los saludamos? sabemos quiénes son y llevamos una relación cordial con ellos?
¿Los respetamos y nos respetan?

Parece ser que no, porque me ha tocado estar en diversas pláticas con personas que viven en distintos sectores de la ciudad y con niveles socioeconómicos distintos, y siempre terminamos hablando de lo mismo: vecinos insoportables.

Y como al parecer es un tema que nos afecta a todos, empezaré por El Ruido (contaminante no. 1 de nuestra ciudad).

¿Tienes vecinos que viven con el lema: ¡En mi casa puedo hacer lo que yo quiera!?

Pues a todos ellos les digo: La "vida real" no es así, eso sólo sucede en la mentes fantásticas de algunas personas.

La casa es nuestro espacio en el mundo, una especie de lugar sagrado al que llegamos para alejarnos del mundo y caer inmersos en nuestro pequeño universo, dentro del cual hemos creado un pequeño mundo con sus propias reglas y libertades.

A nuestra casa llegamos a comer, a descansar, a estudiar, a ver televisión, a escuchar música, a convivir con la familia, y, ¿por qué no? a celebrar con fiestas y reuniones con amigos y familiares.

Pero, ¿qué sucede?

Que muchas veces abusamos de nuestro derecho de "libertad".

Como decían nuestras abuelitas: hay un lugar y un tiempo para todo.
Sabias palabras.

Cuántas veces nos han despertado los que se levantan de madrugada y prenden su música a todo volúmen, o los perros que se la pasan ladrando toda la noche; o aquellos que "no saben terminar una fiesta" y son las tres, cuatro o cinco de la mañana y siguen con el escándalo, o a los que en la noche se les ocurre ponerse a dar de martillazos, prender sierras, taladros, etc. etc., sin la menor consideración para los demás. O aquellas familias que les encanta empezar el día a gritos y sombrerazos y todos estamos al tanto de sus problemas y dificultades. Horror de los horrores.
Así no se puede vivir.

El problema es que no sabemos respetar. Queremos vivir y hacer lo que sea y que los demás "se aguanten", una actitud muy infantil, porque los berrinches son cosa de niños únicamente.
Si no podemos estar agusto y tranquilos en nuestras casas, en nuestra calles, entonces ¿qué nos queda?
Lo peor del caso, ¿sabían que existe un reglamento contra el ruido en la ciuda de Tijuana, el cual no se respeta en absoluto?
Y para colmo, cuando en la desesperación de la madrugada tratas de comunicarte para pedir apoyo de las autoridades porque "ya estás hasta el gorro", "esto ya no tiene fin", "es el cuento de nunca acabar", "no se puede vivir así" etc. etc., resulta que te salen con que No se pude hacer nada. Nada de nada.
¡Queeee! ¿Cómo que no?
Entonces digo yo, ¿para qué hay un reglamento? ¿quién se encarga de verificar que se cumpla?

En los países del primer mundo todos estos reglamentos se cumplen y hasta se imponen sanciones y multas, ¿por qué nosotros no? Estos reglamentos existen porque son necesarios en todas la comunidades, para vivir en paz, en armonía, para tener algo en qué basarte cuando tu vecino Nomás no entiende.

Vuelvo a lo mismo, porque TODOS (incluyendo a las autoridades) estamos acostumbrados a hacer lo que nos venga en gana sin consideración, porque no nos conviene pedirle que le bajen a sus fiestas porque a lo mejor después yo quiero hacer una y amancerme también.

A mí me causa un gran malestar y confieso que ya estoy dentro de la neurosis generalizada porque constantemente me siento atacada por el ruido, no me dejan dormir, no puedo estar en mi casa agusto porque el ruido de afuera supera la música o la televisión que yon tenga prendida, que las ventanas tiemblan al son de la música, que los martillazos retumban en mi cabeza y que ese perro no deja de ladrar (¿qué no lo oyen?).

Y ¿por qué me molesta tanto?

Aquí va un homenaje a mis abuelitos y a mi familia quienes me enseñaron a respetar.

Mis vecinos no puedene quejarse ya que siempre los consideramos, nuestras reuniones nunca se terminan tarde, nunca tenemos la música tan fuerte que los tenga atarantados buscando la caja de las aspirinas; si vamos a hacer algún trabajo de albañilería en la casa lo hacemos dentro del horario prudente y nunca a las once de la noche o a las seis de la mañana y menos en domingo. A mi perro lo educamos para que solamente ladre cuando haya motivos y no para que ladre a gusto y placer durante toda la noche.
Parece tonto, ¿verdad?
Pero si no podemos convivir, ni respetarnos. Si no nos dejamos dormir ni descansar en nuestro hogar, lo único que sucede es que se generan tremendos pleitos entre personas, otrora amables y tranquilas, que Ya no soportan más, que Ya estan cansadas, que se sientes humillados y que no se les respeta. Y ya lo hemos leído en los periódicos, ¿cuántos pleitos no se han generado ya entre vecinos solamente por el ruido?.
¿Qué nos pasa? ¿cuándo dejamos de ser buenos vecinos?

Y a tí, ¿cómo te va en a feria?