miércoles, 13 de enero de 2010

Ni hablar... inició el 2010

Entra el 2010 igual que el 2009, con una serie de asesinatos que seguramente quedarán impunes, y con el tan anunciado aumento de impuestos y su consecuente aumento de precios. Pero, como somos mexicanos, la tal "crisis" ya forma parte de nuestro DNA y orgullosamente lo transmitimos como castigo bíblico a nuestros descendientes de generación en generación.

¡Lo bueno es que...!, como cada año, el salario mínimo promete un aumento de algunas décimas de centavo, suficientes para seguir apretándonos el cinturón y permanecer en crisis por algún tiempo más.
No, si para estas cosas somos "reteaguantadores".

En mi caso, terminé el 2009 con robo de tuberías y un intento de robo de mis muy preciadas adquisiciones que curiosamente no fueron de interés para los intrusos que se fueron si llevarse absolutamente nada (tal vez debería sentirme ofendida ¿qué no les gustó mi televisión análoga o que pasa?) seguramente después de lo que vieron se pusieron a hacer una cooperacha para donarme algunas cositas más modernas y un día de estos, al llegar, encontraré un serie de nuevas tecnologías bellamente instaladas en mi sala.
No se malinterprete, es una gran fortuna que no se interesaron por nada de lo que vieron porque ahorita no tengo fondos para reponer nada. Sin embargo, estas invasiones a mi propiedad generaron el consecuente desembolso que implica sustituir tuberías, rejas, seguros, chapas y cualquier otra cosa que pudiera asegurar mi humilde morada digna para peregrinos en 24 de diciembre.

Para colmo de males, iniciando el 2010 y en la esquina de mi calle se llevó a cabo "la privación de la libertad" como diría nuestro Procurador, (que no sé qué es lo que procura, pero debería procurar hacer su trabajo) de unos veladores que cuidaban con celo una casa tipo mansión de la que nadie sabe quien es el dueño y si saben no dicen, y que nos tiene a todos con la recochina duda.

Total, como que no pinta muy bien este nuevo año, pero estamos en enero y todavía soy optimista y con todo esto yo sigo queriendo a mi ciudad, aquí esta mi familia, amigos, trabajo, mascotas, cines, cantantes, restaurantes, librerías, playas, vías rápidas lentas y vías lentas rápidas, baches y topes, vientos de Santana y, por supuesto, la vecina ciudad de San Diego.

¡Feliz 2010 a todos!