miércoles, 30 de julio de 2008

¡Oh! y ahora ¿quién podrá defendernos?

Estaba leyendo en el periódico Frontera de hoy la siguiente nota:
"Lesiona a sus vecinos por pedirle que 'le baje' a la música
Después de que sus vecinos le pidieran bajara el volumen de la música, una mujer enfureció y causó daños materiales a las casas contiguas a la suya e hirió con un arma blanca a su arrendatario.La Policía Municipal informó que a las 20:00 horas, se recibió el reporte de que una mujer que se encontraba escandalizando a los habitantes del edificio donde vive, ubicado en la colonia Los Laureles, con música con alto volumen, así como en evidente estado de ebriedad.Cuando el arrendatario acudió a pedirle de favor que moderara el volumen, la mujer de nombre Gabriela Vega Delgado, de 37 años, salió de su casa y con un cuchillo de cocina lesionó al hombre en la mano izquierda para posteriormente dirigirse a casa de otra vecina y tirar la puerta principal a patadas y puñetazos. Debido a dichas agresiones, agentes municipales realizaron la detención de la mujer".

He aquí un claro ejemplo de la problemática que comentaba en mi primer blog, motivo por el que decidí iniciar este espacio.
¿La gente se esta volviendo loca o que nos pasa?

Urge que se aplique el reglamento contra le ruido. Ya que aunque sí existe, nadie lo regula, ni lo respeta, y cuando pides apoyo de la policía te salen con el cuento de que "no pueden hacer nada" y vuelvo a preguntar: ¿entonces quién? ¿El Chapulín Colorado?

Vamos de mal en peor. Y este caso no es aislado, ya que la gran mayoría nos enfrentamos a este problema cada fin de semana. Y es que las personas no saben terminar una fiesta, no les importa en absoluto respetar el descanso de los demás. Y ahora que se están tratando de eliminar los horas extras en los bares y cantinas, lo cual es plausible, resulta que las personas al salir de los antros se dirigen a su casa "a seguirle" hasta que amanezca, y a veces ni así...

Y otros son los que les encanta ponerse a hacer trabajos de remodelación hasta las once o doce de la noche con sierras eléctricas, martillos y, para colmo, acompañados de música a todo volumen para motivarse.

Urge que el gobierno se pongan las pilas y que así como van a regular las horas extras, que también informen a la población que existe este reglamento y que las autoridades no "le saquen" y apliquen las sanciones correspondientes.