jueves, 6 de noviembre de 2008

Y sigue la mata dando...

Bueno, el hecho de que uno esté tratando de sobrellevar la vida en Tijuana a pesar de la situación violenta en la que vivimos, no quiere decir que podamos ignorarlo, y mira que tratamos.

Ayer nuevamente los tijuanenses nos vimos afectados por más de 11 muertes violentas y la consecuente persecución policiaca que nos aturde y asusta cuando vamos camino a casa porque, sin saberlo, vamos en el ojo del huracán. Múltiples crímenes en distintos puntos, y ahora hasta en el interior de la sala de cine. Esto no parece tener fin.
La situación es cada vez peor y afecta a todos los sectores, desde el familiar hasta los negocios y el turismo, aunque los restauranteros le quieran echar la culpa a la Ley Antitabaco que todavía ni aplican, todos sabemos que la baja de comensales se debe al temor y la inseguridad.

Lo que es preocupante es lo que vemos y escuchamos constantemente: decapitados, baleados, torturados, secuestrados, asesinados, personas diluidas en ácidos... ¿qué es lo que hace esto en nuestra mente, en nuestro estado de ánimo, en nuestra sensibilidad?

El otro día, platicando con mi sobrino de catorce años, me impactó la manera como se refiere a las historias trágicas y violentas que acontecen a diario. Platicaba sobre los eventos que han sufrido algunos de sus compañeros de escuela, desde secuestros de familiares hasta robos y asaltos, escuché la naturalidad con la que contaba las cosas y no pude evitar sentir preocupación y tristeza porque es un jovencito de catorce años que debería platicar de videojuegos y patinetas, pero no, habla de la violencia como el pan de cada día.
¿Qué va a pasar con estas generaciones que se están acostumbrando a vivir rodeados de violencia, anarquía, muerte y sucesos trágicos?

No debemos dejarnos vencer ni acomodarnos en la ingobernabilidad. La solución está en la lucha contra la violencia con la bandera de los valores, la buena educación y el respeto a la ley y a las personas.
Pensar en "comunidad" y no en lo "individual".

La responsabilidad es de todos, no nos dejemos llevar.

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